Mar, montaña y huerta se funden en un espacio que apuesta por las recetas tradicionales, los productos de proximidad y un formato rompedor.
Arroces cocinados con la garra y el aroma de nuestras maderas seleccionadas, pescados y mariscos recién llegados de la lonja, grandes platos que son legado de las culturas pesqueras.
Porque en cada arroz, cada pescado y cada plato que sale de nuestra cocina, hay un poco de esas culturas, de ese legado, de la locura de la tramontana y de la belleza inmensurable del mar mediterráneo.
Una cocina de pueblo, como la de antes.